El maestro está más VIVO que nunca. Eso fue lo primero que pensé al visionar el show de Balenciaga ayer. Y es que la herencia del vasco está de vuelta de la mano de Ghesquière, que abandona la androginia difícil de sus últimas colecciones, creando una narración de cortes arquitectónicos, de cortes SÚPER arquitectónicos; materiales fabulosos, que arman las siluetas, geométricas; y una selección de colores muy nutrida y cuidada, que abraza estampados arty, custodiados SIEMPRE por un rotundo NEGRO.
Chaquetas PROTAGONISTAS, que parecen joyas, drapeados sutiles y alguna que otra ASIMETRÍA en camisas que coronan unos pantalones slim envolventes. Mención y ovación especial aparte merecen los microshorts y esos SOMBREROS, tan reinventados, tan Cristóbal.
Bravo Nicolás
Lo que más me ha gustado han sido los shorts y el sombrero!
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